sábado, 21 de junio de 2014

Los Justos de Jorge Luis Borges


El pasado jueves comentamos en clase varios cuentos de Jorge Luis Borges para disparar discusiones sobre lenguaje y derecho con "El idioma analítico de John Wilkins" acá, sobre la interpretación de la ley citamos a "Pierre Menard, Autor de El Quijote" acá y "Emma Zunz" acá sobre la ficción en la verdad y la verdad en las ficciones.

el lenguaje está en las calles, literalmente en todos los sentidos - París 2014

Mencionamos, en otro registro, el poema sobre Dios, el jugador y la pieza, "Ajedrez" que acá adjuntamos pero nos olvidamos totalmente (!!) de este hermoso poema llamado "Los Justos". Probablemente, nunca sabremos, Borges lo escribió apelando a la idea del Talmud sobre los "36 justos" como pilares del mundo. Leímos que se le suele atribuir esa posible conexión voluntaria o azarosa. No mucho más que decir, por ahora. Simplemente queda transcribirlo. Salud!

Los Justos

Un hombre que cultiva un jardín,
como quería Voltaire
El que agradece
que en la tierra haya música.

El que descubre
con placer una nueva palabra.

Dos empleados que en un café
juegan un silencioso ajedrez.

El ceramista que crea
un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página,
que tal vez no le agrada.

Una mujer y un hombre,
que leen los tercetos finales de cierto canto.

El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar
el mal que le han hecho.

El que agradece que en la tierra
haya Stevenson.
El que prefiere
que los otros tengan razón.

Esas personas, que se ignoran,
están salvando el mundo.

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Ajedrez

I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?

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