la imparcialidad del diablo - Palermo 2013 |
La semana pasada nos hicieron algunas consultas y entrevistas por acá y por allá sobre la audiencia en la Corte. El sábado pasado salió esta, acá. Es una desgrabación de una entrevista por eso el tono y las respuestas. Gracias Enrique de la Calle y la gente de APU. Después cuelgo otra. Salud!
APU: Te quería pedir una primera reflexión sobre las audiencias públicas convocadas por la Corte Suprema para empezar o terminar de resolver la ley de Medios.
Lucas Arrimada: En primer lugar, me parece que el gran ganador de las audiencias no fue ni el Estado ni Clarín: fue la propia Corte que consiguió presentarse como actor institucional de peso y con una legitimidad política para las partes, proyectándose con un espacio de debate, más allá de sus defectos y primeros pasos en falso, y sin duda el mismo Lorenzetti, su presidente, quien demostró una vez más su habilidad política en la estrategia judicial, política y mediática.
Después, hay que destacar que se trata de una práctica institucional extraordinaria. Lo que pasó el otro día no es la regla, es la excepción. Quisiera enfatizar que hay muchos otros casos en los que la Corte podría realizar este tipo de audiencia. De ese modo se evitarían algunas respuestas que fueron muy imperfectas y parciales. Es una práctica muy positiva. No representa lo que son habitualmente los procesos judiciales en la Corte. Esa falta de práctica en la argumentación pública, en la oralidad, en responder preguntas con razones y datos, frente a hacer discursos retóricos y frases comunes, se vio, por ejemplo, cuando expusieron las partes e incluso el día anterior con los amicus. Los procesos orales son raros por los abogados en Argentina y mucho más para los equipos complejos. Incluso los abogados extraordinariamente bien capacitados y con altos honorarios no han demostrado tener la misma solvencia en la retórica pública de la oralidad que tienen en la técnica legal de los expedientes.
Por último, me pareció que la Corte fue muy desprolija en la modalidad y el reglamento que utilizó para las audiencias. Dictó un reglamento para el caso, lo que fue muy irregular. No dio buenas razones para el cambio de reglas sucesivo. Cambió tres veces de acordadas, lo que afecta el principio básico de igualdad. Está claro que es un caso importante, pero no debiera tener un tratamiento especial en relación a otros casos. Además, la Corte fue arbitraria en cómo decidió qué amicus podían presentarse y cuáles no, tanto en la lista de “amicus de parte” como en la más que discutible categoría de “independiente”.
Después, hay que destacar que se trata de una práctica institucional extraordinaria. Lo que pasó el otro día no es la regla, es la excepción. Quisiera enfatizar que hay muchos otros casos en los que la Corte podría realizar este tipo de audiencia. De ese modo se evitarían algunas respuestas que fueron muy imperfectas y parciales. Es una práctica muy positiva. No representa lo que son habitualmente los procesos judiciales en la Corte. Esa falta de práctica en la argumentación pública, en la oralidad, en responder preguntas con razones y datos, frente a hacer discursos retóricos y frases comunes, se vio, por ejemplo, cuando expusieron las partes e incluso el día anterior con los amicus. Los procesos orales son raros por los abogados en Argentina y mucho más para los equipos complejos. Incluso los abogados extraordinariamente bien capacitados y con altos honorarios no han demostrado tener la misma solvencia en la retórica pública de la oralidad que tienen en la técnica legal de los expedientes.
Por último, me pareció que la Corte fue muy desprolija en la modalidad y el reglamento que utilizó para las audiencias. Dictó un reglamento para el caso, lo que fue muy irregular. No dio buenas razones para el cambio de reglas sucesivo. Cambió tres veces de acordadas, lo que afecta el principio básico de igualdad. Está claro que es un caso importante, pero no debiera tener un tratamiento especial en relación a otros casos. Además, la Corte fue arbitraria en cómo decidió qué amicus podían presentarse y cuáles no, tanto en la lista de “amicus de parte” como en la más que discutible categoría de “independiente”.
AGENCIA PACO URONDO: Había alguna suspicacia en la previa sobre si la audiencia no era una puesta en escena cuando en realidad la Corte ya tiene decidido un fallo a favor de Clarín. La ausencia de Zaffaroni alimentó esa suspicacia. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Te sorprendieron las intervenciones de la Corte en relación a Clarín?
LA: Más allá de la ausencia de Zaffaroni, sin saber concretamente las razones, supuestamente un viaje ya programado a Alemania, considero que la Corte no proyectaba con certeza la audiencia. Hasta hace tres semanas era esperable una sentencia sin audiencias. Fui uno de los que comentó críticamente la necesidad de una audiencia en la Corte porque pensé que la complejidad de este caso ameritaba una audiencia y me sorprendió la audiencia después del dictamen del procurador. Por procedimiento regular, después del Dictamen viene la sentencia, no audiencias.
No me soprendió el tono de Lorenzetti en sus intervenciones. Esperaba que la Corte fuera dura con los abogados del Estado, que usualmente son los más débiles argumentando. En contraste, en esta audiencia final las posturas más solventes fueron la de la abogada del Estado y en segundo lugar la Dra. Gelli, abogada del Grupo Clarín.
No me soprendió el tono de Lorenzetti en sus intervenciones. Esperaba que la Corte fuera dura con los abogados del Estado, que usualmente son los más débiles argumentando. En contraste, en esta audiencia final las posturas más solventes fueron la de la abogada del Estado y en segundo lugar la Dra. Gelli, abogada del Grupo Clarín.
AGENCIA PACO URONDO: Para usted, ¿la Corte no tiene una decisión ya tomada?
LA: Eso sería pensar el proceso a su peor luz. Puede haber directrices previas, sí. Pero la idea es que la audiencia pueda incidir en la respuesta y si no lo hace ahí, en sus fundamentos. La importancia de la audiencia puede pasar por el hecho público y político, también. Es una posibilidad latente de este proceso de audiencias, y de todo proceso por el cual uno va a participar a una audiencia y a brindar determinados argumentos que la Corte puede tomar o no. Incluso puede tomar los argumentos que le sirvan para adornar una decisión ya tomada. No es lo deseable así como no son deseables muchas prácticas legislativas.
Ambas partes presentaron con solvencia sus argumentos. Una vez presentados la Corte evalúa y define política y jurídicamente cuál es el que más la convence. Estamos ante un Tribunal que es el que va a decidir. Sobre ese proceso no tenemos control, las deliberaciones de los jueces no son públicas ni vemos los procesos de negociaciones que hay para que hayan mayorías consolidadas y no votos separados. La judicialización de la política hace que las deliberaciones sean secretas, las respuestas con un ropaje técnico pero con un trasfondo político, en contraste a las decisiones y leyes propias de la arenas más democráticas donde quizás pueda haber un mayor, aunque muy imperfecto, control.
Ambas partes presentaron con solvencia sus argumentos. Una vez presentados la Corte evalúa y define política y jurídicamente cuál es el que más la convence. Estamos ante un Tribunal que es el que va a decidir. Sobre ese proceso no tenemos control, las deliberaciones de los jueces no son públicas ni vemos los procesos de negociaciones que hay para que hayan mayorías consolidadas y no votos separados. La judicialización de la política hace que las deliberaciones sean secretas, las respuestas con un ropaje técnico pero con un trasfondo político, en contraste a las decisiones y leyes propias de la arenas más democráticas donde quizás pueda haber un mayor, aunque muy imperfecto, control.
AGENCIA PACO URONDO: A partir de las preguntas que hizo la Corte al Estado y a Clarín: ¿Se puede vislumbrar hacia donde puede ir el fallo?
LA: Sería escéptico al respecto. Sin ver el expediente no se puede decir nada con certeza y todo es muy tentativo. Se pueden tener algunas guías con las preguntas pero son conjeturas intuitivas. Que haya habido 17 preguntas a Clarín y 35 al Estado quizás demuestra que la Corte está buscando con énfasis en los argumentos del Estado, lo que es natural porque se trata de una ley que el propio Estado está defendiendo. De todas formas, Graciana Peñafort (abogada en representación del Estado) se las arregló, con sus bemoles, muy bien en responderlas con claridad. También la Corte hizo preguntas directas y repreguntas a Clarín, enfatizando sobre los argumentos de la empresa, sobre todo entorno a la idea de sustentabilidad y cómo eso afecta la libertad de expresión en empresas a gran escala. Por eso, es difícil interpretar las preguntas, porque incluso la Corte puede contradecir, desestimar los argumentos de ambas partes en muchos puntos centrales para adeptar los suyos, aunque por una cuestión de respeto use los de las partes en los que coincida con su decisión de fondo.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Hay margen para una posibilidad salomónica que deje como ganadores a ambas partes? ¿Por dónde puede llegar a ir esa estrategia de la Corte?
LA: Dado que la Corte actúa estratégicamente y estamos en un escenario electoral, es muy probable que la decisión de la Corte aguarde el resultado electoral y después salga a la luz. Ese resultado puede atenuar o reforzar ciertas aristas de la decisión, sin duda. Un escenario puede ir por ese lado. Lejos de ese escenario y realizando una conjetura puntual, me parece que la Corte puede llegar a enfatizar su reconocimiento de la constitucionalidad de la ley en muchos de los aspectos de fondo, más centrales, pero declarando inconstitucional los artículos especiales que hacen que Clarín deba ceder su control de mercado, pienso, por ejemplo, en el cable. En ese contexto la Corte intentaría un imposible equilibrio político con los perfumes de la legalidad y las formas de las respuestas judiciales. A la distancia y con mis dudas entre paréntesis, ese es otro de los escenarios posibles.
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