miércoles, 9 de mayo de 2012

Código, iglesia y debate público


Street God - NY 2012
Interesante la editorial de La Nación de hoy, por lo que elogia del anteproyecto de Código y por lo que parece oponerse al anteproyecto de Código Civil. Hacemos unas pequeñas notas al final del texto. Es más que recomendable leerlo porque es parte del debate público, será una voz relevante y ya uno piensa razones para cuando ese diálogo institucional y/o social comience. La editorial, acá.


El Código Civil y la voz de la Iglesia.

No hace mucho advertíamos desde esta columna que en la proyectada reforma del Código Civil Argentino, que incluye también el Código de Comercio, faltaban importantes voces y opiniones que se sumaran a un hasta ahora casi inexistente debate en materia tan trascendente para los habitantes del país.

La 103» Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, que reúne en plenario a los obispos, acaba de pronunciarse con una nota titulada "Reflexiones y aportes sobre algunos temas vinculados a la reforma del Código Civil", con singular mesura y profundidad. A modo de presentación, señalan los obispos que la reforma proyectada atañe a la vida cotidiana del hombre común y sus relaciones con la sociedad. Por esa razón, la Iglesia está naturalmente interesada en ellos y tiene el derecho y el deber de hacer oír su voz, resguardando las tradiciones argentinas, sociales, jurídicas y constitucionales, y subrayando los valores que los informan y animan.

Al criticar un criterio fotográfico, meramente descriptivo de la realidad que la ley recoge, la nota destaca la ejemplaridad necesaria en toda norma legal, que siempre tiene algún contenido moral, y señala pautas susceptibles de seguimiento. De modo, pues, que no todo lo que existe debe ser regulado, sino aquello que lo merece, aquello que importa un valor deseable para la comunidad. De hecho, no todo lo que es técnica o científicamente posible es moralmente aceptable.

Ponderan los dignatarios el reconocimiento de la persona humana desde la concepción, la regulación de los derechos personalísimos, el reconocimiento de derechos a las comunidades indígenas, y la protección de la vivienda familiar y de la mujer, entre otros aspectos que consideran acertados.

En cambio, cuestionan por discriminatorio y contrario a la dignidad de la persona humana que en la concepción extracorpórea se niegue al embrión la calidad de persona que le asiste, desamparándolo y exponiéndolo a manipulaciones incompatibles. También consideran discriminatorio que se niegue el derecho a investigar su paternidad a los niños nacidos mediante técnicas de fecundación artificial, privándolos así del derecho a la identidad. En materia de familia y matrimonio, se vacía de contenido el riquísimo plexo de deberes y derechos entre los cónyuges, asimilando el matrimonio a la "unión convivencial". Señalan que la ley debe proponer un modelo de familia argentina deseable, sin que ello implique coartar la libertad de asumir otras formas de convivencia, perfectamente posibles. Y destacan que, contradictoriamente, la ley proyectada discrimina al impedir que quienes así lo deseen elijan un matrimonio heterosexual indisoluble.

Consideran que la fecundación artificial debería ser prohibida, pero, si se llevara a cabo, debería limitarse a los matrimonios formados por varón y mujer.

Es también objeto de fundadas críticas tanto la fecundación post mórtem, pues se crean hijos sin padres, como la atribución de la paternidad a dos personas del mismo sexo, contrariando la naturaleza y privando al niño de tener un padre y una madre.

El alquiler de vientres merece también reprobación por ser nulo el acuerdo, fomentar la explotación de mujeres necesitadas y desconocer el profundo vínculo que se establece entre ellas y el niño que han gestado. En definitiva, los obispos piden prudencia y un amplio debate en éstos y otros temas tan delicados para la comunidad, de la que son pastores.

Es deseable que todos los sectores hagan oír su voz sobre los distintos aspectos de la importantísima reforma y se difunda ampliamente el proyecto para discutirlo sin apresuramientos ni preconceptos ideológicos. No se podría estar más de acuerdo con la opinión vertida por la Conferencia Episcopal, que nada tiene de dogmático y sí mucho de realismo y sabiduría.

Comentarios -rápidos y breves (va sin editar)- :

1. La Conferencia Episcopal elogia el reconocimiento de la persona desde la "concepción". El anteproyecto repite un problema histórico que -según entiendo- dará un marco distorsivo a la discusiones relativas a derecho reproductivos y aborto legal.

2. Hay una concepción de "derecho y deber" de la Iglesia de defender un modelo específico de "sociedad" que es razonable para su comunidad, pero que no se condice con ninguna legalidad constitucional. No hay norma constitucional o infra-constitucional que le de a la Iglesia una potestad de representar a la "sociedad o nación Argentina" por arriba de otras comunidades religiosas o políticas, con las que está a la par.

3. Por ende, "las tradiciones argentinas, sociales, jurídicas y constitucionales, y subrayando los valores que los informan y animan" son definidas y redefinidas en el debate público social y -en el largo plazo- en el debate legislativo que es necesario para sancionar el nuevo código. Nadie tiene una voz más autorizada o de mayor peso.

4. No hay un derecho constitucional a establecer un matrimonio civil indisoluble. El matrimonio indisoluble puede ser religioso, pero no el civil.

5. Hay una severísima contradicción en querer prohibir la fecundación in vitro, pero si no se prohibe, que se permita únicamente a las parejas heterosexuales. ¿Qué razón existe para esa categoría sospechosísima?

6. Resulta de dudosa aceptabilidad que haya un "modelo de familia argentina deseable" en el marco de la diversidad de "familias" en el 2012. Suena que hay un modelo "correcto" y otros "incorrectos". Cuidado con el perfeccionismo moral.

7. Nada dice la nota que el anteproyecto le sigue confiriendo el status de "Persona de Derecho Público" a la Iglesia Católica en un país que tiene más de 2500 cultos reconocidos. Ya marcamos ese conflicto con el principio de igualdad de culto.

8. Coincidimos, hay que debatir el anteproyecto y ese debate tiene que ser el más amplio. En ese debate de razones y diálogo de pares todas las comunidades tienen que participar dando razones, apelando a sus "experiencias y sabidurías" y no a creencias no compartidas por toda la comunidad argentina. El debate ayudará a saber qué enunciados tienen razones y cuáles aunque aparentemente atendibles encubren dogmas y creencias que la comunidad política argentina no comparte más.

18 comentarios:

  1. efectivamente, peligroso que estos cuerpos corruptos (con algún que otro bien intencionado, queremos suponer) se sigan atribuyendo "la voz" en materia moral y no una voz más en el debate. Si la Nación se ataja al final, negando caracter de dogmática a la crítica, sabe que es porque varios de los contenidos volcados sí son dogmáticos. Y, claro, ni qué hablar de la hipocresía suma de ubicarse en una (falsa) posición de defensa los derechos de la mujer, o los derechos indígenas cuando durante siglos lucraron con la compra-venta de personas (aborígenes, mujeres, niños y todo lo conveniente al poder que siempre y aun hoy siguen representando)
    amen

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    1. No creo que tratar de corrupto a quien presumiblemente tienen ideas distintas de uno conduzca a un dialogo. Más bien parece un intento de negar el derecho a opinar a una entidad, que si bien no representa a todos los que dice representar, si representa a quienes opinan igual y a quienes los siguen.
      Ningún culto representa a todos (de hecho tampoco les importa ese detalle a los distintos cultos) Nadie representa a todos porque los que ejercemos el derecho de opinión opinamos diferente en mucho.
      No sea fundamentalista

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  2. "5. Hay una severísima contradicción en querer prohibir la fecundación in vitro, pero si no se prohibe, que se permita únicamente a las parejas heterosexuales. ¿Qué razón existe para esa categoría sospechosísima?"
    Siendo la fecundación in vitro entre un óvulo y un espermatozoide, necesariamente deben provenir de un hombre y una mujer. Presumo que se refiere a que los "padres" del futuro bebe, deberían ser un matrimonio entre dos personas de distinto sexo. No tiene nada de raro que la Iglesia pida ese requisito visto que se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo

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  3. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

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  4. es cierto que lo de "corrupto" no construye diálogo, pero digamos que me apoyan siglos de historia (y groseros pilones de cadáveres mutilados por la verdad cristiana) para sostener tal posición; however, acepto que se me salta la chaveta al hablar de tan sagrado cuerpo eclesiástico... con respecto a lo otro, ¿tu semen es propiedad tuya? ¿sos vos? ¿es una cosa? ¿es una persona aristotélicamente en potencia? creo que no está del todo definido jurídicamente, entonces el espermatozoide y el óvulo pueden provenir de personas diversas a las que quieran atribuirse la futura patria potestad del pibe (o piba, en fin)... muchas cosas por definir! eso es lo que hace tan rico el intercambio.
    (gracias, Lucas, por poner el cyber-living para que debatamos)

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    1. Bien por el reconocimiento, no? Así da gusto. El tema es ver si cada vez que hablamos de religión discutimos la historia -muy sangrienta y violenta- de la Iglesia. Y me parece que no tiene sentido empezar así porque no construye el puente de diálogo que necesitamos siempre.

      Sobre el resto coincidimos totalmente.

      (De nada, es un colectivo cyber-living la vida loca :D)
      Sigamos,
      L.

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    1. Lamento tener que borrar este comentario -como hice con uno anterior violento hacia otra comentarista del mismo tono y bajo la misma "autoría"- porque claramente no está dirigido al debate, ni a nada relativo a la propuesta de este blog: debatir ideas. Por ende, momentáneamente habilité la moderación de comentarios para que no se insulte o descalifique a ninguna persona o institución en este ámbito totalmente ajeno al supuesto conflicto.
      Salut y con eso no sigamos, che.
      Lucas.

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  6. Lucas

    Me generan algunas dudas tu idea de que el Estado no debe fomentar un tipo de familia deseamble. En realidad, lo ha hecho siempre, lo hace hoy en día y no está mal que lo haga. Aún hoy, el estado sigue promoviendo un tipo de familia que es monogámica y estable frente a otros tipos de uniones no estables o poligámicas. Que el tipo de familia que promueve hoy el Estado argentino no coincida que el tipo de familia que busca promover la Iglesia católica, no sigfica de ninguna manera que el Estado sea neutral.
    SAludos

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  7. Lucas, porqué no podría uno casarse de manera indisoluble? No somos libres hasta para disponer de nuestra libertad? No tenemos ese derecho? No es una especie de paternalismo prohibirlo?

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    1. Simplemente no se divorcie. La ley ni obliga a casarse ni obliga a divorciarse

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    2. Perdón por la demora en contestar todos estos comentarios. Me parece que Fahirsch tiene razón, la libertad está en casarse y no divorciarse, no en tener un matrimonio indisoluble, porque el principio es que los que voluntariamente se unen, voluntariamente se pueden separar. El principio de la voluntad rige también para la disolución y sería contrario que el principio de la voluntad restrinja justamente esa posibilidad. Salut! L.

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  8. Buenos comentarios, as usual, sobre la neutralidad del Estado y la religión.
    Si intentamos hacer algo con respecto a esto? Podemos sumar a un par con "peso específico" para intentar hacer algo, no?

    Acá cuenta con uno para ir a tocar puertas.

    Saludos!

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    1. Santiago, Me parece que dialogar en la esfera pública es hacer algo y es hacer lo más importante, sacar prejuicios, dar información, hacer pensar y esos es parte de la acción. Seguramente quedan más pasos por dar pero los siguientes tienen que incluir estos y así.
      Salute!
      L.

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  9. Yo creo que el derecho y el deber de hacer oir su voz son una vez más inventos fabuladores. Quien va a hacer oir su voz es el órgano competente y no creo que Ud. esté en situación de imponer deberes.

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    1. Creo que ya respondí este comentario en otro post. Parece que no era ni siquiera para este blog. L.

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  10. 1) celebro que la iglesia tenga que salir a la palestra y no le alcance ya con transitar lobbies y oscuros despachos para torcer la voluntad legislativa.
    2) el límite está -otra vez- entre el derecho y la moral; no son lo mismo, no apuntan a lograr lo mismo y por ende no pueden necesariamente estar dominados por los mismos parámetros. el católico, el judío o el musulmán deben contentarse con que un estado laico no los obligue en contra de su fe, pero nunca que permita a otros en contra de la fe de los primeros;
    3) no veo problema en que la iglesia catolica sea reconocida como persona de derecho semipublico (como el colegio de abogados i.e.) porque no advierto demasiada diferencia con otras formas asociativas que hoy en día ya tienen otras iglesias. gracias lucas por el espacio y desde r.g. no es "expulsó" de su blog encontramos aquí un mejor lugar.
    Fabián Parque Lillo

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    1. 1) Dudo que una cosa, quite la otra. El problema no es que lo haga sino que a veces en sus postulados defiende posturas, desde un dogma y no desde una posición discutible con razones. Más allá de eso, entiendo el punto.
      2) Sí.
      3) No veo tampoco el problema, si se reconoce a todos los demás cultos y en pie de igualdad con la Iglesia Católica. Lo que pedimos es igualdad de trato en los cultos. Nada más. Por lo pronto, también me parece que el Colegio de Abogados y la Iglesia son diferentes.
      3) Bis. Nadie expulsó a nadie, che. Abrimos este espacio porque quisimos.
      Salud Fabián!
      L.

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